Mucho se ha hablado de la Cidade da Cultura de Galicia, en el compostelano monte Gaiás. Ya está casi todo dicho -de especial interés, en mi opinión, esto-, pero por más que así sea, impresiona estar allí y verlo una misma en primera persona, cosa que hice por primera vez este fin de semana. Era sábado y era julio, pleno verano, época de vacaciones y turismo, algo que indudablemente se deja notar en una ciudad como Santiago de Compostela. Sin embargo, allí el número de visitantes cerca del mediodía se contaba casi con los dedos de las manos.
Distintas imágenes del exterior de la Cidade da Cultura.
Impresiona ver -tras recorrer a avenida Manuel Fraga Iribarne, artífice del proyecto- unos edificios atractivos por dentro y por fuera -aunque eso vaya por gustos- formando un conjunto que podría, por qué no, ser un lugar de visita obligada -véase la Ciutat de les Arts i les Ciències de Valencia, aunque no sea tampoco el mejor modelo-. Pero también impresiona ver aquello vacío, las maquetas de los edificios que quedan por construir, obras que siguen paradas y montones de estantes sin ningún libro.
Estanterías vacías no interior da Cidade da Cultura.
Obras inacabadas.
Maquetas de edificios que aún no han sido construídos.
En la entrada hay una escultura hecha con libros, y en muchos de ellos se leen mensajes dejados por los visitantes. Se me fue la vista a uno: "Qué vergüenza que despidan a médicos, maestros e investigadores para esto". Puede parecer disparatada esa afirmación... o quizás no tanto.
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| Detalle de una inscripción en un libro de los que componen la obra que se aprecia al completo debajo. |
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