jueves, 7 de marzo de 2013

La rectificación de la rectificación de la rectificación

La s adicional en el pretérito perfecto simple (2s de indicativo: dijistes, hicistes, comistes), el infinitivo por el imperativo ("hacer" en vez de "haced"), otros errores en este mismo modo con verbos pronominales (sentaros por sentaos) o el más moderno, "habían muchas personas" (por "había"). Son, estas y otras muchas, equivocaciones frecuentes en la calle. Lo peor es que también lo son, cada vez más, en los medios de comunicación... y en sus perfiles en las redes sociales.

Esta mañana, la cuenta de La 2 de TVE en Twitter escribía de manera incorrecta el título de la película que emiten esta noche: "Good Bay, Lenin", publicaron. Para pedir disculpas por esta errata, en un tuit posterior, utilizaron el infinitivo por el imperativo, cometiendo uno de esos errores comunes que describía antes (además de añadir a "Lenin" una n a mayores). Lo borraron. El tuit sustituto mantenía primer error, pero añadía una coma que, efectivamente, también era necesaria y con la que el community manager en cuestión se debió de quedar más ancho que largo. En el momento de publicar esto todavía no había llegado la rectificación de la rectificación de la rectificación.


Inifinitivo para imperativo
Tuits con erratas en la cuenta de La 2. El orden de publicación es cronológico de arriba a abajo,
 al contrario de cómo los leeríamos en Twitter (donde el del medio ha sido borrado y ya no figura).

Un error lo tiene cualquiera y no quiero pecar de prepotente (soy la primera que alguna vez me he dado cuenta después de publicada una entrada de que había cometido alguna falta de ortografía grave -b por v, en concreto, no recuerdo la palabra-, por correr o por no fijarme suficiente). Pero en este caso se trataba simplemente de leer el feedback de los tuiteros que se apresuraron en indicar a La 2 cuál era el principal error cometido. Y el intento fallido de corrección deja en evidencia que no fue un despiste de la persona que lleva esa cuenta, sino que el problema es que desconoce cómo se forma el imperativo.


Numerosos usuarios intentaron directa o indirectamente comunicar el error.

Hay quien ha entrado en el tema de que a un trabajador de TVE le pagamos todos. No sé si hace falta llegar hasta ahí. Lo que sí me parece es que un profesional no puede cometer según qué errores, y menos de forma tan reiterativa. Soy quisquillosa con esto y lo sé. Pero me pregunto si no deberíamos serlo todas las personas que, de una manera u otra, nos dedicamos -o aspiramos a hacerlo- a la comunicación

Ayer se publicaba que la profesión de periodista es la menos valorada por los españoles junto a la de juez. Obviamente, parece claro que esta no es la causa, pero tampoco creo que contribuya. Pienso que supone la pérdida de prestigio ante quienes tengan capacidad de detectar los fallos y la invitación a reincidir para los que ya caen en ellos -y se reafirmarán de este modo- y a cometerlos para quienes están en edad de formarse y aprender.

2 comentarios:

  1. Hay personas con muy pocas ganas de aprender y de rectificar, cuando se equivocan, menos todavía.Cuanto más estudios tienen peor,es algo que he visto demasiado a menudo.

    En un blog de cine que seguía me insultó la persona que lo lleva por hacer unas cuantas puntualizaciones,ni lo corrigió siquiera.Yo siempre con tacto y me respondió "eres un listillo y pones solamente gilipolleces".Sigue estando mal,por cierto...

    Sigue con el blog como ahora,tú "sí eres periodista".Hay cada uno/a... Saludos desde Madrid.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias como siempre por leer y comentar :)

    Pues, efectivamente, no cuesta nada rectificar y si otros te hacen ver que te has equivocado, me parece, además, de agradecer. En el ejemplo que pones del blog de cine, si era un dato erróneo (o una falta de ortografía, etc) y lo mantiene, habrá más gente que lo vea posteriormente y se dé cuenta, cosa que le puede perjudicar y que no pasaría si te hace caso y lo modifica. Peor para esa persona!



    Saludos desde Vigo!

    ResponderEliminar