martes, 16 de octubre de 2012

Entrevista a Hernán Belón, cineasta argentino: "El mundo árabe sigue siendo desconocido"


Hernán Belón (Buenos Aires, 1970) nunca ha estado en Galicia, aunque parte de sus raíces sí se encuentran en la tierra donde ayer se proyectaba, en el contexto del Festival Internacional de Cine Euroárabe Amal, su documental Beirut - Buenos Aires - Beirut. Este trabajo -que compite en la sección oficial- está marcado, precisamente, por la búsqueda de los orígenes: los de la argentina Verónica Grace Spinelli, cuyo bisabuelo libanés abandonó a la familia que formó en Argentina para regresar a su país natal sin que lo volvieran a ver jamás. Esto es solo un pretexto para retratar la realidad actual del mundo árabe, condicionada por el pasado, desde una mirada de hoy.


Hernán Belón dirige Beirut - Buenos Aires - Beirut, documental que
compite en la sección oficial del Festival Amal.


-¿Cómo nace Beirut - Buenos Aires - Beirut?
-Es una idea que surge de su protagonista Grace Spinelli, ya que cuenta la historia de su familia. Vino a mí a través de un amigo común para ver si quería llevarlo a cabo y, dado que me encanta emprender nuevos proyectos en los que poder aprender cosas de las que no sé, acepté la propuesta.


-¿Y a partir de ahí?
-El paso inicial siempre es buscar la financiación. En el 2009 había estado en el Festival Internacional de Cine Documental Al Jazzeera en Doha, donde habíamos conseguido el segundo premio con un documental sobre el tango -El tango de mi vida- y creíamos que podía interesarles. Concretado este aspecto, empezamos a investigar y a enterarnos a fondo del tema. Fue una auténtica experiencia de aprendizaje.


"El odio y el resentimiento han perdurado con los años;
es necesario que eso termine"


Belón, durante el rodaje, acompañado por otros miembros del equipo.
En la imagen de la izquierda, de rojo, la protagonista, Verónica Spinelli.

-¿Qué fue lo que más le sorprendió durante el rodaje en Líbano?
-Lo primero, comprobar que mi idea de que todos los árabes eran musulmanes y al revés era equivocada. Como la protagonista, llegaba a un mundo desconocido, con costumbres nuevas y el aprendizaje era constante. Mediante este documental empecé a profundizar y a ir más allá en mi propia familia, que en parte procede de Nápoles, de Andalucía -en Beirut me di cuenta de hasta qué punto tienen que ver las raíces árabes con la región española de donde era mi abuela- y también de Galicia, de Lugo.


-¿Qué situación se encontraron allí?
-Para poder entrar necesitabas permisos del servicio secreto y del ejército; aparte de eso, si llegabas en un día de conflicto, cabía la posibilidad de que no te dejaran pasar. Comprobamos cómo el asunto del odio y el resentimiento perdura con el transcurso de los años. Tuvimos la oportunidad de visitar una cosa tan horrible como como los campos de refugiados palestinos, donde se vive de una manera terrible, aislados y con mucha miseria; ahí entendí la responsabilidad de Israel en el conflicto y la necesidad de que eso termine.


"En Líbano hay dos mitades; una quiere vivir como 
en Europa, en un mundo más integrado"

Imágenes tomadas durante el rodaje en Líbano. Más en la web oficial del documental.

-¿Puede servir la película para contribuir a ese objetivo?
-Ojalá pueda ser así. Allí hay dos mitades. Nos encontramos chicos con ropa como la que se puede llevar en Argentina o en España, con camisetas de Messi y, sobre todo, con ganas de vivir en un mundo más integrado, afectuosos, que nos recibían con buena onda. Ojalá sirva para mostrar al mundo la situación y para que Israel se decida a cambiar el sistema y colaborar con la paz.


-En anterior documental, Sofía cumple 100 años, también miraba de alguna manera a los orígenes, ¿es un aspecto que le llama especialmente la atención?
-Lo que de verdad me interesa es lo que ocurre hoy con un registro directo, la mirada al pasado desde el momento actual, porque el presente siempre es consecuencia de las vivencias y las circunstancias de atrás. Sofía tiene ahora 103 años y conserva la visión divertida que prácticamente convirtió en una comedia una película en la que se repasa a través de sus ojos todo el siglo XX, incluidas dos guerras mundiales. Del mismo modo, en Beirut - Buenos Aires - Beirut, el bisabuelo acaba siendo una excusa para contar cómo Grace, una extranjera, llega a un mundo desconocido y va descubriendo problemas actuales con raíces lejanas en el tiempo. Hoy el documental permite entender mejor un mundo complejo, resultado de responsabilidades pasadas.


"La falta de financiación provoca que hacer solo ficción 
sea como el pianista que da un único concierto cada cinco años"

El tango de mi vida (2007), Sofía cumple 100 años (2009) y El campo
(2010), son los proyectos de Belón inmediatamente anteriores a Beirut -
Buenos Aires - Beirut
(2011). Mientras los dos primeros son
también documentales, el último es un largometraje de ficción.

-¿Se siente más cómodo en este género que en la ficción?
-Empecé como montador, luego como director y productor. Hice un corto y me gustó la ficción; también estudié teatro para aprender a trabajar con los actores. Me gustan ambos géneros, lo que ocurre es que la ficción, por el tema de la financiación, es como un pianista que solo da un concierto cada cinco años. El documental refleja procesos vivos, el comportamiento humano, cómo se desarrolla la propia vida.

-Por ese motivo, no conocían el final de Beirut - Buenos Aires - Beirut cuando fue concebido...
-Claro. Podía haber ocurrido que ni llegáramos a viajar, que no quedase allá nadie de la familia de Grace o que no los hubiéramos encontrado. Fue como un reality, una aventura interesante pero incierta, linda y en vivo, pues todo ocurre en directo y sin entrevistas. En el documental tienen que darse dos condiciones: que pase y que estés en disposición de grabarlo; cuando esto ocurre sientes como que Dios te da la mano y se produce un milagro que no se genera en la ficción. En este caso, ha servido para importante para Grace, ha recuperado un vínculo y se ha generado un cambio en su familia; también por eso estoy muy satisfecho.


"En Argentina no gusta hablar de la emigración por lo mucho que se sufrió
 y eso suscita la curiosidad de las nuevas generaciones"

El proyecto argentino compite en la sección oficial de Amal después de
haber gozado de una buena acogida en otros festivales de cine árabe.


-¿Cree que la relación histórica de Galicia con la emigración puede hacer que el espectador se identifique en mayor medida que en otros lugares?
-Espero que sí. Lo que ocurre en Argentina es que a la gente no le gustaba hablar de aquel pasado por lo que habían sufrido. Habría que hacer una película sobre lo que la cultura de los inmigrantes españoles ha generado en Argentina: somos 50% españoles, en las comidas, la música, la cultura... Pero es un tema del que se habla poco, apenas se trata en cine, como si eso hubiera surgido por generación espontánea. Eso produce ahora curiosidad en las familias, a mí mismo me buscaron en Facebook en un grupo de apellidados Belón, así descubrí que hay unas ostras gallegas que llevan mi apellido. ¡Increíble!


-Continuando con Galicia, ¿cómo llega el documental al Festival Amal?
-No lo conocía, pero supe de él a través del Latinoarab, porque también forma parte de la red de Doha. He visto mucho cine árabe y me parecen iniciativas muy interesantes. Agradezco enormemente la oportunidad de participar y me hubiera encantado estar; ojalá pueda hacerlo en otra edición.


"Luis Tosar es uno de los mejores actores del mundo. 
Me encantaría trabajar con él"

Leonardo Sbaraglia y Dolores Fonzi protagonizaron el primer
largo de Belón, El campo. Él también  repetirá a las órdenes
del cineasta bonarense en su próximo proyecto.
Foto: http://www.clarin.com

-¿Cuál es su visión y referentes del cine español actual?
-Mi primer contacto con él fue en la época del destape y después recuerdo a Maribel Verdú. Nos encanta Almodóvar, al que queremos mucho, y a mí personalmente también me gusta Amenábar y otros recientes como Cortés o Fresnadillo. En cuanto a actores, me quedo con Javier Bardem y Luis Tosar, que para mí es de los mejores del mundo y con el que me encantaría trabajar. Luego hay numerosos intérpretes argentinos que han ido y vuelto o siguen en España como Natalia Verbeke, Leonardo Sbaraglia -protagonista de su largometraje de ficción El Campo- o Héctor Alterio. Se hacen multitud de coproducciones en las que se necesitan actores de ambas nacionalidades, y eso contribuye a la unión, a un lazo y una identidad común fuertes.


-Para terminar, ¿futuros proyectos?
-Estoy preparando una ficción sobre boxeo y amor, de nuevo con Leo -Sbaraglia-, estamos en busca de financiación. Precisamente, estuve a punto de hacer una con España que no pudo concretarse por ese motivo, lo más difícil en este momento: el dinero.


Entrada relacionada: Beirut y Buenos Aires, de la mano en Amal.

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